viernes, 19 de marzo de 2010

Everythings broken



Ain't no use jiving
Ain't no use joking
Everything is broken.



Tengo cruda. Cruda de una pelea eterna, una pelea que duró por horas y no me di cuenta de su final, si es que hubo final, no tuvimos tiempo de llegar a un acuerdo que determinara el estado de nuestra pelea, no hubo sexo de reconciliación, sólo gritos y golpes, heridas en los nudillos, heridas en mis ojos que se mostrarón muy tristes frente al espejo al amanecer.


No hay tiempo para llegar a un acuerdo del estado de la pelea porque escucho unos pajarillos cantando en la oscuridad, porque la pelea ha sido tan larga que tan sólo decimos incoherencias y a decir verdad ni siquiera recuerdo su detonante y porque hay una pelea nueva, una en la que todavía se artículan insultos con sentido es más fresca y fuerte que la nuestra y es por eso que decidimos parar. Esa pelea si termina en sexo de reconciliación. Vuelve a mi la conciencia pero no el enojo, sólo la tristeza y la confusión y con los ojos muy abiertos espero a que los pajarillos canten con el sol dandoles en la cara y quemandoles los ojos.

















Que me quemen también los ojos por favor!





A veces uno defeca por la boca y es difícil regresar toda la mierda a su lugar, aunque la verguenza de haber cagado por el orificio por donde se come sea muy grande.

martes, 16 de marzo de 2010

afterkashmir


afterkashmir!... y todo terminó en una cabaña en la playa!

domingo, 7 de marzo de 2010

We felt out of place, a little dead to the world.


Las rarezas de algunos seres humanos no son evidentes para los mismos hasta que el resto del mundo las señala con el dedo de enmedio, el grosero o el feliz (según el receptor), van por el mundo haciendo lo que su organismo les pide que hagan y actuando así, tan ensimismados en su propio organismo les importa una bota los ocasionales comentarios de su originalidad. La originalidad se ha convertido en una cualidad de alta preocupación, la busqueda de la originalidad consume el tiempo de gran parte de la población que, como buen consumidor esta constantemente buscando en cada escaparate un artículo que según lo que se cree le podría dar un toque de originalidad, la sociedad actuando como un adolescente barroso, se empeña en la busqueda de algo que hace unos siglos se consideraba de mal gusto: la originalidad convertida ahora en esnobismo. Inútil actividad que los lleva directo al principio de la historia y los deja plantados para siempre del lugar odiado, la homogeneidad.
Para los seres humanos considerados raros estas contradicciones modernas pasan desapercibidas y siguen su camino guíado por nada más que instinto sin percatarse que son poseedores de la cualidad más preciada y por tanto (igual hace algunos siglos) más despreciada.