viernes, 24 de abril de 2009

PUERTO


Una señora con una playera amarilla y una falda estampada se me acerca mientras como, tiene una cara previamente posada que pretende darme lástima y sin que lo mencione estoy ya diciendo "no" con mi cabeza después, "no me daría una ayudi..." -no señora, sonrio. No me causa lástima. Lo que sí me da lástima es nuestra situación, me pregunto en que momento de mi vida me hice a la idea de que las señoras físicamente saludables, relativamente jóvenes (o no) pueden hacer algo más que limosnear para obtener dinero y por lo tanto no daré dinero nunca más... y me da pena, me da pena mi país... me pone triste no ser la persona caritativa que da "pan" a los "pobres". Todos somos pobres a nuestra manera pero, se necesita un cambio en la visión, se necesita que la sociedad deje de dar limosnas para que se busquen soluciones de trabajo, alternativas. Me pregunto si se podrá....
Así un día me hice a la idea, no más darle dinero a la señora que además son falsas queriendo darnos lástima, quisiera que trabajaran, quisiera poder ofrecerles un trabajo pero, no puedo, no tengo como; no más darle dinero a los niños, que son vigilados y explotados por sus padres, tíos, hermanos o personas que se dedican a esto. Quisiera no pensar así, quisiera que mi idea no hubiera cambiado pero, nos vemos obligados a hacerlo, a pensar diferente. Nos obligan.
Le dimos hospedaje a una persona, sin pensarlo, compartimos lo nuestro, en ocaciones cocine para todos, a veces nos pediamos el dinero a veces invitabamos, confiamos... sobre todo eso, confias de la gente sólo porque te hace reír, sólo porque comparten algún gusto y luego sin pensarlo un poco te traicionan, te roban, te dejan en la peor mierda tirado y se van sin mirar las comidas que llegaste a prepararles, las cobijas que proporsionaste, las risas y los gustos en común. Y ahora digo "ya no puedo confiar en nadie, no me vuelve a pasar" y me resulta tan triste este pensamiento... pero, vean, me obligan, nos obligamos los unos a los otros a no confiar más, a ser más meticuloso y calculador, a volverte frivolo.
Es un mundo lleno de gente fea y tratar de relacionar esto con el físico a estas alturas me parecería totalmente absurdo. Nuestras vidas giran al rededor del dinero por más que trates que este no sea una preocupación para ti, por más que intentes no ser materialista no se puede porque las cosas más vitales del mundo cuestan, el agua que te tomas, el pan duro que te puedas comer, hasta el agua con la que te bañas cuesta dinero.
He llegado a un punto en donde no sé para donde moverme, qué es lo que quiero, como puedo hacer un cambio de esto, con esto, qué hacer contra la inconciencia de algunas personas, ya no sé como actuar y me deprime un poco el pensar que moriré y nada mejorará como ha pasado millones de veces en este mundo pero, estoy feliz, algo en mi ha cambiado, algo se movio y se coloco de nuevo en su lugar, sólo queda esperar, tratar de sonreir, valorar a las personas que año tras año te demuestran que puedes confiar en ellas y ser una buena persona tu mismo, no ser la que roba, la que traiciona, la que asalta(en todas sus variaciones), de la que desconfian, no limosnear nada. Aunque sea tratar.
Es muy ñoño todo esto, lo pienso mientras hago algo aún peor y me paso de sitio en sitio con red inalambrica, una para desayunar, otra para comer pero, quiero recordar ya que esto es para mi y sólo para mi.

2 comentarios:

  1. por extrañas razones no muy consientes yo no confío mucho en la gente, a veces ni de mi misma, y creo q está peor. jaja

    pero si de alguien he aprendido a confiar es de ti hahha (q ñoña)
    pero en serio jiji


    Vamos!
    todo se solucionará :)

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  2. suelo confiar mucho en la gente, pero resulta que la gente es descuidada, poco cortés y normalmente se la pasa en su cabeza. A veces no te das cuenta cuando alguien está siendo amable contigo ¿que se te ocurra retribuirlo, agradecerlo, apreciarlo? pfffffffffffffffffffffffff

    la frivolidad, la insensibilidad, lo que nos hace precisamente igual a todos los seres que teóricamente despreciamos en este mundo, tiene normalmente como antecedente el valor exagerado por la propia cabeza, los propios sensamientos y sensaciones, sin darles el justo valor a las maneras y necesidades de los demás. Y así todo un choro.




    Otra cosa es cuando uno mismo se pregunta si de verdad, con el paso del tiempo, ha sido alguien en quien confiar o solo alguien que "no hace ningun daño"

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