lunes, 12 de octubre de 2009

La historia continua pero no termina.



Mientras esperabamos que Aarón regresara de la caseta de cobros nos comimos una torta de jamón que había preparado para prevenir el hambre que nos pudiera dar en el camino junto con otras dos también de jamón. Por fin media hora después regresó el conductor y estabamos listos para irnos, yo sentada en el asiento copiloto y él sentado en la cabinita de atrás que servía de cama. Ya estaba el trailer encendido cuando llamaron a la ventana de Aaron, yo no pude ver quien era el que hablaba porque la cabina esta muy alta y la cabeza a la que pertenecia la voz no alcanzaba el altura, pero el dialogo fue algo así:
-Te doy cien bolas si me llevas a Colima compa.
- ¿Cómo...? ¿Quieres que lleve tu coche?
-No, no, yo también manejo un trailer pero, ahorita necesito llegar a Colima, te doy cien si me llevas, para la gasolina...
-Amonos pues...

La voz subió al trailer y yo tuve que moverme a la cabina trasera en donde estaba el colchón mugroso que servía de cama a Aarón, trate de no tocar mucho. La voz regio-montana pertenecia a un señor de unos 45 años de cabello escaso y chino, con un bigote negro y poblado, ojos sonrientes y dientes amarillentos.

-Yo también soy de Monterrey primo...

Los dos "primos" siguieron hablando por el estilo, cosas de traileros y regiomontanas, alegrandose cada vez que se daban cuenta que conocían a alguna persona en común o que habían pasado por aquel o tal lugar. Después señorchino sacó una bolsita de mariguana y casi se le hace agua la boca cuando se la acerco a los bigotes y dijo "uyyyy huele bien buenaaa, de lo mejor que hay" luego nos ofreció y nosotros la tuvimos que declinarla; Aarón festejó algo diciendo que por alla había "puro loco".

Nos fuimos calladitos en el colchon y después la constante línea negra pedazo de carretera que nunca cambia de forma, el monotono sonido de las llantas atravesándola, el recto verdor de la vegetación a los lados que con la velocidad se convierte en una plasta de color sin forma, hicieron su efecto en mi y sin darme cuenta me quedé dormida encima de las mochilas y la casa de campaña. Desperte cuando llegamos a la entrada de Ciudad Guzmán y fue hora de despedirnos de señormariguano y agradecerle a Aarón el viaje.

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