-Te doy cien bolas si me llevas a Colima compa.
- ¿Cómo...? ¿Quieres que lleve tu coche?
-No, no, yo también manejo un trailer pero, ahorita necesito llegar a Colima, te doy cien si me llevas, para la gasolina...
-Amonos pues...
La voz subió al trailer y yo tuve que moverme a la cabina trasera en donde estaba el colchón mugroso que servía de cama a Aarón, trate de no tocar mucho. La voz regio-montana pertenecia a un señor de unos 45 años de cabello escaso y chino, con un bigote negro y poblado, ojos sonrientes y dientes amarillentos.
-Yo también soy de Monterrey primo...
Los dos "primos" siguieron hablando por el estilo, cosas de traileros y regiomontanas, alegrandose cada vez que se daban cuenta que conocían a alguna persona en común o que habían pasado por aquel o tal lugar. Después señorchino sacó una bolsita de mariguana y casi se le hace agua la boca cuando se la acerco a los bigotes y dijo "uyyyy huele bien buenaaa, de lo mejor que hay" luego nos ofreció y nosotros la tuvimos que declinarla; Aarón festejó algo diciendo que por alla había "puro loco".
Nos fuimos calladitos en el colchon y después la constante línea negra pedazo de carretera que nunca cambia de forma, el monotono sonido de las llantas atravesándola, el recto verdor de la vegetación a los lados que con la velocidad se convierte en una plasta de color sin forma, hicieron su efecto en mi y sin darme cuenta me quedé dormida encima de las mochilas y la casa de campaña. Desperte cuando llegamos a la entrada de Ciudad Guzmán y fue hora de despedirnos de señormariguano y agradecerle a Aarón el viaje.
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